Toma de Constantinopla
En 1453, el sultán Mohamed o Mahomet II,
dueño de toda la península fue, con doscientos mil hombres, a sitiar a
Constantinopla. El emperador Constantino Dragascés que
disponía apenas de diez mil soldados, defendió heroicamente la ciudad. El sitio
empezó el 5 de abril, y el 29 de
Mayo se dio un asalto general. Rechazados los
turcos por todas partes, consiguieron, sin embargo, sorprender una puerta.
Constantino murió como un héroe; lo encontraron por la noche bajo un montón de
cadáveres.
Los turcos hicieron espantosa carnicería en la multitud
que, en vez de batirse, permanecía en la principal plaza de la ciudad
aguardando la aparición de un ángel, encargado dé poner en fuga al enemigo. A
mediodía hacia Mahomet su entrada en la catedral de santa
Sofía, que desde entonces fue convertida en mezquita.
Mahomet II, que había tomado el titulo de sultán, trató de
invadir a Europa, pero vencido delante de Belgrado (1456) por
los restos de los ejércitos serbios y el ejército húngaro de Matías Corvino,
volvió hacia el sur de la península de los Balcanes, donde acabó la conquista
ocupando Morea.
Entonces empezó a prepararse para intentar la conquista
de Italia. Quería, según decía, hacer comer avena a su caballo sobre el altar
mayor de san Pedro, en Roma. Murió sin haber realizado ese proyecto (1481),
pero echó los cimientos del Imperio Turco en Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario