Independencia de HAITÍ
La
independencia de Haití fue un hito en la historia de América. Fue ésta la
segunda nación libre del continente, y se convirtió en un símbolo al
considerarse su revolución como la primera y única de esclavos negros. Este
hecho, sin duda, estremeció ese mundo moderno que se estaba forjando. Al igual
que los europeos, la elite criolla de las colonias latinoamericanas estuvo al
tanto de las nuevas noticias que ocurrían en el Caribe. Muchos se preocuparon
sobre el efecto que tendría la revolución haitiana en su sociedad. Otros, en
cambio, la vieron como una esperanza.
La insurrección se gestó entre 1790 y 1804, y estuvo
marcada por revueltas de las cuales solo una logró su cometido en 1804. Pero
vale la pena resaltar, desde los rincones de la historia latinoamericana, la
solidaridad de Haití con las nacientes repúblicas independientes de América.
HACIENDO
HISTORIA
Se podría decir que la historia de América se empezó a
escribir en Haití. Esta pequeña isla, el primer lugar al que llegó Cristóbal
Colón en 1492, fue entonces el escenario de la primera fundación, construcción
y establecimiento urbano español en el nuevo mundo: el Fuerte Navidad, ubicado
en la parte noroccidental de lo que luego sería Haití. La vida de este fuerte,
no obstante, fue corta. Mientras Colón se encontraba en España dando un informe
a los reyes católicos sobre su viaje, en el fuerte hubo un alzamiento de los
indios taínos que al ser esclavizados para el trabajo minero y agrícola que se
desarrollaba, y el maltrato que recibían por parte de los españoles, desató una
lucha que tuvo graves consecuencias. Por un lado, los pocos soldados españoles
que guardaban el fuerte fueron asesinados. Se dice que algunos fueron
incinerados en el momento en que los indígenas del lugar lo incendiaron. Por el
otro, para los indígenas las enfermedades traídas por los españoles y las
condiciones en que se encontraban debido a su condición, produjeron un notable
descenso de la población. Éste sería el inicio de una exterminación silenciosa,
pero visible, de los aborígenes, lo que implicó traer nueva mano de obra.
Cuando Colón regresó en 1493 al ver el desastre, decidió
recorrer de nuevo la isla y usar los restos del fuerte en la construcción de un
nuevo centro para los reyes: la ciudad de La Isabela. Esto hizo que La Española
tuviera una división territorial. Mientras Bartolomé Colón fundaba La Isabela,
por Real Cédula se decretó un indulto a delincuentes que deseaban instalarse en
La Española. Cinco años después se autorizó la introducción de esclavos negros
a América. Haití se convirtió en puerto de llegada y salida hacia las colonias
de América, lo que implicó que muchos se instalaran allí para trabajar en los
cultivos de caña de azúcar. Se iniciaría así la expansión de la producción
azucarera y de la conquista francesa de la isla, lo que generó un tratado entre
España y Francia. A la parte francesa de la isla se le dio el nombre de
Saint-Domingue.
Los esclavos negros serían, entonces, la principal mano
de obra para el trabajo en las plantaciones y conformaron una gran población.
Allí llegaron, además, muchos piratas que buscaron refugio en la isla y
consolidaron el contrabando, en particular el de aquellos piratas negreros a
quienes los franceses y burgueses blancos de la isla les compraban mano de obra
esclava. Las condiciones en que vivían y trabajaban los esclavos en las
plantaciones, fueron el detonante para la rebelión, pues las noticias que
venían de Francia, y las que llegaban de Estados Unidos, hicieron eco en las
plantaciones.
LA
BATALLA DE VERTIERES Y LA INDEPENDENCIA DE HAITÍ
Mientras Francia se debatía entre la república y la
autocracia, en Haití el alzamiento negro se inició al proclamar una
reivindicación en la sociedad, en especial su libertad. Esto se consideró como
la primera revuelta de los esclavos y con ello los dueños de las plantaciones
pensaron que la producción se detendría si se les otorgaban a los negros esos
privilegios. Aunque el gobierno francés de 1792 les concedió la ciudadanía a
aquellos hombres de color, la libertad estaría más lejos de lo que esperaban.
Tal pronunciamiento generó una oposición en los blancos burgueses y blancos
artesanos de la isla, quienes tuvieron que aceptar, en 1794, la decisión de la
abolición de la esclavitud en las colonias francesas.
El general negro Toussaint Lou-verture, que durante las
guerras entre Gran Bretaña, España y Francia participó en los bandos españoles
y luego en los franceses con el fin de expulsar a los británicos de la isla vio
su objetivo de libertar a los esclavos cada vez más lejano. Luego de varias
batallas y estrategias militares para la expulsión de los británicos de la
isla, esto se logró a mediados de 1798. Pero las hostilidades entre los mulatos
y los esclavos continuaron. Jean Jacques Dessalines y Henri Christophe se
unieron a Louverture contra las tropas francesas de Napoleón. Al mando del
general Charles-Victor-Emmanuel Leclerc se reconquistó la isla para los
franceses y Louverture fue capturado y en 1802, enviado a Francia y enjuiciado
por Napoleón.
Al morir Louverture en Besanson en 1803, su lugar como
general de las tropas rebeldes esclavistas lo tomó Dessalines, quien derrotó a
los franceses en la sangrienta batalla de Vertieres y proclamó la independencia
de Haití el primero de enero de 1804.
HAITÍ
Y LAS NACIENTES REPÚBLICAS
Considerado como el padre de la nación, Dessalines formó
un nuevo gobierno en Haití. En 1806, Dessalines fue traicionado por sus colegas
Henri Christophe y Alexandre Petión, y fue brutalmente asesinado. Se inició un
nuevo gobierno que apoyaría más adelante las luchas independentistas de las
nacientes repúblicas americanas, como Colombia y Venezuela. El apoyo con armas
y provisiones se dio a cambio de las promesas de emancipación de los esclavos
en las repúblicas.
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